Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de
tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos de
caridad que lo unió, podamos gozar de la eterna recompense en la alegría de tu casa. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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