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Oración a la Santísima Virgen María


Con las palabras que te saludó el Mensajero del Cielo, el Santo Arcángel Gabriel, nosotros te saludamos hoy, María Santísima, y te decimos:

"Llena de Gracia."

Tú eres la muy amada y muy amorosa. En ti Dios

escribió su Palabra de Salvación para todos los pueblos,

y de tu fe admirable somos deudores todos, porque tu

docilidad al Espíritu Santo hizo posible el milagro que

no volverán a contemplar los siglos: la Encarnación del

Hijo Único de Dios.

Con gran confianza nos acercamos a ti, dulce

doncella de Nazareth, y con gran alegría nos unimos a

tus sentimientos de ternura en la espera del Nacimiento

de Cristo. Eres amable y pura; sencilla y valiente;

buena amiga, buena esposa y buena madre. Acepta hoy

nuestro ruego, te suplicamos, y conviértete en nuestra

guía y maestra en la contemplación del misterio del

Niño Dios.

Danos de tu mirada para reconocer y adorar al Dios

que se abaja, el Dios que busca a sus ovejas

descarriadas, el Dios que se humilla con caridad y nos

levanta con misericordia.

Danos de tu fortaleza para seguir los pasos de este

Niño Prodigioso, también cuando sus palabras nos

parezcan difíciles o cuando tengamos que verle

afrentado en la Cruz.

Tu ejemplo nos anima y tu plegaria nos fortalece.

¡Ruega por nosotros y junto a nosotros! ¡Llévanos a la

obediencia del Evangelio, Santísima Virgen María,

Madre del Amor Hermoso!

Tres Avemarías y un Gloria.

Ejercicio del cristiano al despertar

Por la mañana
Al despertar a la señal de la cruz diciendo:
Por la señal de la cruz de la Santa Cruz de nuestros enemigos libramos señor Dios nuestro en el nombre del padre y del hijo y del espíritu Santo amén Jesús.
Después dirá:
Jesús José y María os doy el corazón y el alma mía.
Levantado y vestidos se arrodillara y dirá:
Dios y señor mío en quien creo y espero a quien adoro y amo con todo mi corazón: os doy gracias por haberme criado, redimido, hecho cristiano y conservado en esta noche.
ofrezco y consagró a vuestra honra y gloria a todos mis pensamientos palabras y obras y trabajos con intención de ganar con ellos todas las indulgencias concedidas las que aplicó en sufragio de las almas del purgatorio especialmente de las que sean más de grado de María Santísima y de mi particular obligación.
humildemente os pido perdón de mis pecados y me pesa de lo íntimo de mi corazón de haberos ofendido y por los méritos de Jesucristo y de la virgen Santísima os suplico queréis gracias para no ofender es de nuevo.

enseguida rezar a la oración del padre nuestro Avemaría y credo dirigiéndose a la Santísima virgen dirá;

Oh virgen y madre de Dios! yo me entrego por hijo vuestro y el olor y la gloria de vuestra pureza os ofrezco mi alma y cuerpo mis potencias y sentidos y os suplico mercancis la gracia de no cometer jamás pecado alguno.
Amén, Jesús, tres Avemarías.

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