Dioses y Diosas de la antigüedad, que concedéis el triunfo,
escuchad estas mis plegarias que nacen de la confianza
y enviadme vuestra fuerza y comprensión,
vuestro conocimiento, y sabiduría,
vuestra justicia y honestidad, vuestra inspiración y amor.
Que los Dioses y Diosas celtas me acompañen en mi camino
para que pueda obtener los frutos del paraíso.
Gran Thor, rompe con tu poderoso martillo
todas esas cosas que para mi son un martirio.
Hécate, madre grandiosa, que mi vida sea gloriosa.
Oh Gran Espíritu consagrado es hora de pasar al otro lado,
al de la dicha, la fortuna, la abundancia y la felicidad,
donde con grandeza reina el amor y la hermandad.
Oh benditos Hermanas y Hermanos ancestrales
oigan hoy lo que les traje, una solicitud, un favor:
de que ahora en adelante todo gire con feliz amor:
que salgan solo de mi mente energías positivas
que concuerden con mi vida, con mis metas y objetivos,
para así lograr lo que tanto persigo y de corazón ansío.
En mi casa, la prosperidad, en mis trabajos la abundancia,
en mis bolsillos, la riqueza, en mi mente, la sabiduría,
en mis palabras, la justicia, en mis sonrisa, la victoria,
en mi frente, la honestidad, en mis brazos, la hermandad;
en mis piernas, energía, en mis movimientos, agilidad,
en mis acciones, la bondad, en mis reflejos, velocidad,
en mis decisiones, el acierto y la veracidad.
Poned en mi lecho, el amor que tanto anhelo,
en mi corazón, la persona que quiero y deseo,
en mi hogar, la más bella familia, la unión y la armonía.
en mi comarca, que tenga los mejores vecinos,
en mi establo, buen ganado y un caballo sano,
en mi mesa, mucha comida, en mi copa, el mejor vino.
En mis bosques, madera seca, en mis lagos, agua cristalina,
en mis tierras, viento suave y cálido,
en mi hoguera, un fuego caliente y acogedor,
en mi bolsa, pan fresco y buenos alimentos
en los vasos, leche fresca de hoy,
en mi camino, que siempre sople el viento a mi favor,
en mis negocios, las mejores oportunidades,
en mi discernimiento, ideas y pensamientos geniales.
En un día difícil, tu compañía, en uno feliz, tu dicha y alegría.
Dadme todos los días vuestra benigna bendición,
que yo oraré y os respetaré con cariño, alabanza y fervor.
Mis principios honraré y los valores inculcaré a mis hijos
que son un don del Espíritu, del gran Señor.
En vosotros, Dioses y Diosas, confío con plenitud
para alejar el mal mucho más allá de los confines del mar.
Si una tormenta vivir me toca, que la destrucción sea poca,
si la guerra por desgracia debo vivir,
que dejemos al odio ir rápido de nuestra alma,
para que pronto regrese la paz y la calma.
Llévame, condúceme, al final del arco iris
donde las monedas se cuentan por miles.
Aleja a los avaros, a los envidiosos y a los asesinos
a todos aquellos que no son buenos amigos.
Aquí os recordamos, os oramos y honramos
para tener una vida como la deseamos.
Así es y así será, yo todo esto veré y tendré
y en perfecto orden con el universo mis deseos se cumplirán.
Que la protección de los Grandes Dioses ancestrales
siempre esté conmigo y sus bendiciones caigan sobre mi,
que sus manos me concedan la felicidad que ansío,
hoy pido que la fuerza solar con su calor me guíe
y los Dioses sean los que dirijan mis caminos
para que pueda ver cumplido lo que con ilusión pido:
(ahora solicita todo lo que deseas conseguir).
Venid, venid, Dioses y Diosas a mi, no tardéis por favor,
yo os estaré en mi alma por siempre agradecido.
Así sea.